Escudo de san francisco de Campeche |
El estado de Campeche tiene una personalidad gastronómica
muy bien definida. La variada alimentación de los mayas se enriqueció aún más
con la llegada de los españoles. Pero
las innovaciones no terminaron ahí; más tarde, los piratas aportaron a la gastronomía
local nuevos componentes y formas de
preparación.
El resultado está a
la vista. En todo el territorio que ocupa Campeche se come espléndidamente.
Cada platillo, más que la suma de varios
ingredientes, es toda una creación.
Y para completar este
deleite de los sentidos, el campechano, tradicionalmente hospitalario, brinda a
todo aquel que lo visita la alegría de su
amistad.
La capital campechana
tiene costumbres muy singulares. Cantando, casi a gritos, los vendedores
anuncian su mercancía por las calles. Son
auténticos pregoneros:
Este es Campeche,
señores, la tierra del pregonero...
Pan marchante, pan
caliente, saramucha, pan batido, hojaldras de a tres por veinte...
guayabas dulces,
guayabas frescas acabadas de bajar ¿Quién me las quiere comprar?
Así van vendiendo sus ricos antojitos, tortillas, aguas
frescas y helados. Los simpáticos aguadores aún recorren la ciudad vendiendo
agua fresca para el calor. Otras costumbres que cada día de la semana se
prepara el mismo platillo en todas las casas. Por ejemplo, los lunes hacen
puchero; los jueves bistec de cazuela y los viernes pescado fresco. El sábado
en la noche se come el chocolomo (guiso de carnes y riñones).